Diariosur.es 14/02/2016 – El Consitorio ordena la actividad artística en la vía pública con un listado de puntos donde podrá desarrollarse previa autorización municipal. La propuesta se dirige a músicos, mimos, pintores y otros artistas urbanos.
Si pasean por la calle Larios, se cruzarán con dos o tres mimos en posturas imposibles. En la calle Alcazabilla encontrarán a un joven tocando la guitarra con un corrillo de gente alrededor. Y en la plaza del Obispo habrá un músico con un violín animando las terrazas. Forman parte del paisaje artístico de la ciudad, de la vida en las calles, pero todo eso es ilegal. Quien saca su instrumento a la vía pública se expone a que la Policía se lo requise y le imponga una multa. Hasta ahora. El Ayuntamiento de Málaga y los artistas callejeros han alcanzado un principio de acuerdo para ordenar esta actividad con autorizaciones municipales y un circuito de puntos en los que poder desarrollarla.
El mapa del arte en vivo por disciplinas ya está sobre la mesa y en unas semanas –cuando se cierre definitivamente el acuerdo con los colectivos– el Consistorio empezará a expedir carnés que permitirán tocar o actuar en esas zonas concretas del Centro por un periodo de prueba de seis meses. «Es un listado abierto que se ampliará o reducirá en función de las necesidades o el uso», avanza la concejala de Cultura, Gemma del Corral.
Este diálogo entre ambas partes llega tras aprobar el pleno del Ayuntamiento el pasado diciembre una moción a iniciativa de Málaga Ahora que solicitaba la modificación de la Ordenanza para la Prevención y Control de Ruidos y Vibraciones. Una norma que, entienden, «restringe el derecho a la libre expresión artística en las calles de Málaga». La ordenanza no se cambiará, pero se hará valer una excepción incluida en la misma.
La propuesta se dirige a músicos, mimos, pintores y otros artistas urbanos
En el artículo 41 se dice que «en la vía pública y otras zonas de concurrencia pública, no se podrán realizar actividades como cantar, proferir gritos, hacer funcionar (…) instrumentos o equipos musicales». No obstante en un artículo posterior, el 48, se indica que se exceptúan aquellas actividades «que tengan lugar en zonas especiales delimitadas así como las expresamente autorizadas por el Ayuntamiento de Málaga». Algo que no se llevaba a la práctica de forma sistemática, sino solo en momentos muy puntuales. La idea es que ahora se normalice la concesión de esas autorizaciones.
En las últimas semanas, las áreas de Cultura, Medio Ambiente y Vía Pública y la Policía se han reunido con representantes de los artistas callejeros agrupados en la nueva asociación Músicos Callejeros de Málaga, la actividad que genera más polémica por las quejas de algunos vecinos del Centro. En este encuentro se han consensuado puntos en los que poder actuar, dentro del «sentido común». «Evitamos los lugares donde ha habido denuncias previas, por ejemplo, por cercanía a hospitales; y se permiten en aquellos sitios donde las actividades han sido acogidas sin problemas», indica Del Corral.
Así las cosas, la música podrá sonar en dos zonas de la calle Alcazabilla, en la plaza de la Marina, en tres ubicaciones de calle Tomás Heredia, en la calle Pintor Nogales (lateral de la Aduana), en la plaza San Pedro de Alcántara y el entorno de la Catedral. En el caso de la música clásica, el listado se amplía a calle Cisneros, la plaza del Obispo, calle Compañía y la plaza de San Ignacio. Los músicos, no obstante, negociarán en próximas reuniones añadir otros puntos en los que ya desarrollan su actividad de forma habitual, como calle Nueva, calle Granada y plaza de la Merced.
El circuito se amplía considerablemente para las actividades artísticas que no implican música. Los mimos, por ejemplo, y otros artistas urbanos podrán estar en la calle Larios, en la plaza de la Marina, en la plaza del Poeta Alfonso Canales, en calle Nueva, San Agustín, Císter, la plaza del Carbón, de Félix Sáenz y del Cardenal Espínola. Los pintores, además de lo anterior, podrán montar también su caballete en la plaza de la Merced (esquina C/ Álamos) o en la plaza Enrique García Herrera (Camas).
La concesión del carné, no obstante, no implica vía libre en el uso del mismo:«Todo tiene un límite:las molestias a la gente». El objetivo es ordenar esta actividad y «minimizar» los problemas que para los vecinos se derivan de una actividad sin regulación alguna; y, al mismo tiempo, darle cobertura legal a los artistas que se ganan la vida en la calle.
Superado el escollo de los permisos, serán los artistas quienes a partir de entonces se regulen a sí mismos estableciendo horarios y turnos en los espacios delimitados en la ciudad. En principio, la nueva asociación de músicos propone un límite de dos horas para cada actuación para no cansar con el mismo repertorio a los establecimientos cercanos, una distancia de cien metros entre cada músico para evitar la saturación de las calles, un límite de 80 decibelios –con posibilidad de usar amplificación hasta llegar a ese máximo– y un horario para ejercer la actividad de 10.00 a 15.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas (hasta las 22.00 horas en verano). Y siempre, indican, «respetando las normas de civismo propios del uso del espacio público». Hoy, el colectivo saldrá una vez más a la vía pública con sus instrumentos; pero en esta ocasión será en el Palmeral de las Sorpresas y para rendir un homenaje a la Filarmónica de Málaga en su 25 cumpleaños. Quieren darse a conocer y «que se recuerde que el arte también está en la calle», indica José David Cárdenas, presidente de la asociación Músicos Callejeros de Málaga.
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