Con el auge del comercio electrónico, las tiendas físicas deben ofrecer algo diferente
Moda, gastronomía, arte y diseño conviven en un mismo espacio
Una de las claves del éxito de las concept stores es que existe un deseo por estar siempre a la última, por innovar constantemente y no quedarse solo en las conocidas marcas tradicionales. Estas tiendas no son solo un lugar donde comprar, sino un sitio para estar al tanto de las últimas tendencias y buscar inspiración. Eso indica el eslogan de Be, en Barcelona, que invita a ser diferente (Be diferente). Por su parte, una de las tiendas más exclusivas de Madrid, Isolee, cuenta con un servicio de consultoría que se encarga de analizar el mercado para descubrir tendencias y ver lo que se está demandando.
Son espacios con un importante componente de estilo de vida, pues lo que se vende no es solo el producto en sí, sino todo lo que lo rodea y se asocia con el artículo, el local o su clientela. Por eso se ofrece una oferta tan amplia, desde música hasta gastronomía. Por ejemplo, Colette cuenta hasta con un bar de aguas del mundo y es frecuente encontrar a caras conocidas entre los que entran a curiosear sin intención de comprar. Desde El Moderno (Madrid) aseguran que estos establecimientos tienen éxito porque “la gente puede ver y tocar los productos”.
En una época en la que el comercio electrónico cada vez cobra más importancia, las tiendas físicas tienen que ofrecer algo diferente. Para el director de Isolee, José Luis Robles, la gente prefiere acudir a las concept store porque ofrecen una experiencia de compra “de principio a fin, aquí pueden probarse un perfume o una zapatilla y luego tomarse una copa de champán en nuestro lounge mientras hojean un libro”. Esto ha llevado a tiendas más tradicionales como Loewe, Mango o Salvador Bachiller a innovar también para tratar de ofrecer una experiencia más completa a sus clientes.
Fuente: Cinco Días