El incremento de facturación se ve reflejado en la tienda física y en mayor medida aún en la virtual.
La aceptación por los consumidores de una jornada que ya forma parte del calendario de promociones y rebajas es un signo inequívoco de que el Black Friday es una oportunidad para mejorar la capacidad de compra que todos poseemos, y en unas fechas que nos son muy propicias.
El Black Friday nos ofrece poder comprar a precio rebajado una serie de productos que, contrariamente a lo que estamos acostumbrados, no tienen por qué corresponder únicamente a los artículos de final de temporada que los comercios no han podido vender y se sacan de encima. Por lo tanto, para el consumidor el Black Friday representa una gran fiesta de rebajas que puede aprovechar para comprar productos actuales y originales pero con descuentos como los que se aplican a final de temporada. Los beneficios que reporta la jornada se extienden a los comerciantes, que ven adelantar la campaña de Navidad y así cierran el mes de noviembre, tradicionalmente muy bajo en ventas, con una facturación positiva.
Año tras año, el incremento de facturación se ve reflejado en la tienda física y en mayor medida aún en la virtual. El Black Friday da lugar a una media aproximada del 5% de la facturación anual de los comercios, y las previsiones para el periodo actual son de un crecimiento en las ventas de un 9% en el conjunto del Estado.
Hay una dinamización de la economía, impulsada por el aumento del consumo y traducida en una mejora ocupacional cuantitativa y el crecimiento del sector relacionado con los servicios. Aparte, se produce una consolidación de las ventas de productos de todo tipo más allá de los electrónicos, el ramo donde se inició el Black Friday. Los estudios revelan que aunque los productos tecnológicos concentran los descuentos más acusados, de la jornada se benefician muchos sectores, como el de la moda y los complementos.
Motivación comercial
El Black Friday también representa una clara motivación comercial, que no beneficia únicamente a quienes hacen más publicidad, sino a todos los comerciantes. El pequeño comercio puede aprovechar la situación a su favor al disfrutar de los efectos que se derivan de la inversión en publicidad que realizan los grandes operadores del comercio, así como del eco que se genera en los medios de comunicación.
Las estadísticas, además, indican el impacto positivo del Black Friday, que avanza la campaña de Navidad y la mantiene hasta Reyes. Lo cual asegura la afluencia de clientes a las tiendas y la probabilidad de vender más, pero también es una oportunidad que tiene el comercio para fidelizar a sus clientes.
Fuente: El Periódico