Los cajeros desaparecen en favor de los pagos automáticos a través del móvil.
Carros que siguen al cliente o cintas transportadoras con artículos ya forman parte del paisaje.
Lo llaman new retail (nuevo comercio) y dicen que es el futuro. Los gurús que buscan la fórmula perfecta para reinventar las tiendas de toda la vida están convencidos de que los negocios offline solo sobrevivirán si logran integrarse en los canales online y ofrecen experiencias que internet no puede reproducir. En definitiva, no tiene sentido ir de compras al supermercado -uno de los establecimientos que más van a cambiar en los próximos años- si todo lo que hay en sus estanterías se puede adquirir a través de una aplicación móvil que te puede ahorrar un paseo cargado de bolsas.

Los establecimientos de Hema, pertenecientes a Alibaba y estrenados en 2015, son los más veteranos del sector y sirven para ver cómo será el futuro más inmediato. A primera vista parecen supermercados comunes, pero los clientes no tardan en descubrir que no lo son. En primer lugar, el espacio destinado a los productos en venta es notablemente menor que en otros negocios tradicionales. La empresa ha decidido que es mejor destinar gran parte de su superficie a pequeñas islas temáticas en las que los clientes pueden degustar el producto.
Hay un pequeño bar que tira cañas de cerveza, una esquina de cafés gestionada por Starbucks y varias cocinas en las que un nutrido grupo de cocineros prepara los alimentos que uno quiera comerse allí mismo. Para ello solo hay que pagar un módico extra que se calcula según el tipo de plato y el peso, con un máximo de 30 yuanes (3,8 euros) por medio kilo. El marisco es el favorito del público chino, pero hay desde sopa de fideos hasta bistecs.


El principal competidor de Alibaba, JD.com, ha contraatacado con su propia línea de supermercados, 7Fresh, que cuenta con el atractivo añadido de unos carritos de la compra que siguen automáticamente al cliente, sin que este tenga que empujarlos. Carrefour también se ha sumado a esta reconversión, pero lo ha hecho con timidez, introduciendo pequeños espacios con mesas y sillas en los que ofrece wifi gratis. En cualquier caso, de momento es evidente que Hema está al timón con 25 establecimientos en siete ciudades y un plan de expansión muy agresivo: solo este año abrirá 30 nuevos supermercados en Pekín, y su objetivo es llegar a gestionar 2.000 por todo el territorio.

Este tirón propiciará que, según la empresa de consultoría Analysys, el año que viene las ventas de los supermercados online se disparen en China hasta los 45.000 millones de euros. Un salto de gigante si se tiene en cuenta que en 2016 facturó 11.700 millones. De momento, el 7% de los chinos urbanos ya hacen sus compras de supermercado por internet. Y su número crece rápidamente, de forma proporcional a la expansión de estos nuevos comercios.
Según estadísticas de la propia Alibaba, durante los dos primeros años de operaciones de Hema sus usuarios hicieron una media de 4,5 compras al mes. Y entre los usuarios que abrieron la aplicación de la cadena, la tasa de conversión fue especialmente alta: un 35% terminaron comprando algo. En total, los pedidos online superan el 50% y llegan hasta el 70% en los establecimientos más antiguos. “La gente disfruta mucho más aquí que en un supermercado convencional. Es entretenido y se convierte en algo que incluso se puede hacer con amigos. No se trata de ir llenando una cesta de la compra, sino de divertirse haciéndolo”, resume un empleado.
Fuente: El País