El ayuntamiento y los ejes comerciales de Sants y Sant Andreu propician la cohesión de las tiendas de proximidad con un plan piloto
El plan piloto, que puede ampliarse a otros barrios y comunidades, ha apuntado inicialmente a la china porque es la que tiene más años de trayectoria en el comercio de proximidad. Muchos de los primeros chinos afincados en Barcelona y su área metropolitana a partir del año 2000 ya han tenido hijos escolarizados en la ciudad, que hablan catalán y chino, y que han propiciado el arraigo de esas familias. Pero enlazar el comercio local y el foráneo es una buena receta para que se produzca una integración real y normalizada, destaca el concejal Agustí Colom, en relación a esta iniciativa del área de Comercio, Turismo y Promoción Económica.
Interculturalidad
Asegura Ruiz de Infante, que ha vivido 11 años en China y suma 17 dedicada a la inmigración y la interculturalidad en Barcelona, Badalona y Santa Coloma, que la iniciativa suele ser muy bien recibida porque «llega en un buen momento, con «negocios asentados en la ciudad», y con la circunstancia de que muchos emprendores también viven en el mismo barrio. Pone el ejemplo de una costurera china que en su minúsculo local de la calle de Sants ha decidido formar parte de la asociación de comerciantes buscando esa interacción, ya que las propias tiendas de textil suelen ser clientes suyos, colaboradores cotidianos. La predisposición a unirse a las redes de comerciantes de barrio depende, no obstante, de que «el negocio funcione».
Si en Fort Pienc la tarea que continúa directamente es la dinamización comercial, aquí la mediación pretende darles a conocer lo que el entorno puede hacer también por ellos. Por eso, la respuesta suele ser una «gran curiosidad por las propuestas de actividades y por conocer lo que hacen otros comercios», cuenta la mediadora. El objetivo es vincularlos al territorio en el que trabajan y residen. La otra pata es cultural, porque se potencia también el conocimiento de los elementos culturales que esta comunidad puede aportar para enriquecer al barrio. Colom enfatiza que se trata de convertirlos en «miembros activos», superando la primera barrera que siempre es el idioma y recordando que cada vez ocupan más espacio consolidado en el comercio local.
Fuente: El Periódico