Cada semana van a la basura 25,5 millones kilos de alimentos, lo que supone cerca de 3.000 millones de euros al año en España.
El perfil del cliente de tiendas a granel es totalmente variado y ha ido en aumento.
La forma en la que compraban nuestras abuelas, con su tarro, bote y bolsa en mano se ha vuelto a poner de moda. Las tiendas a granel son ahora ‘cool’, pero no por nostalgia. El ‘boom’ de los solteros en España a los que todo pack les queda grande, la mentalidad ecológica y la lucha por no tirar comida (en ocasiones todo un ahorro) son las razones.
No solo eso. El plato y nuestra salud también notan este nuevo método de compra. Los productos que se consumen son más frescos, ecológicos, orgánicos y locales. En una época en la que el culto al cuerpo es otro hábito más, consumir alimentos sin procesar que no contienen conservantes, colorantes ni azúcar o sal de más, tiene un gran valor.
Casa Ruiz, Pepita y Grano… son solo algunos de los establecimientos que han notado un cambio de tendencia, que tampoco ha pasado desapercibida por unas grandes superficies que empiezan a incorporar este tipo de venta dentro de sus ofertas. Alcampo, por ejemplo, es uno de los pocos establecimientos que cuentan con una zona de “autoservicio” de legumbres, cereales o pasta al peso. Otros aún se muestran reticentes a implantar este modelo por los inconvenientes que pueden surgir en materia de seguridad alimentaria. De hecho, en Gijón está prohibido vender patatas a granel para luchar contra la plaga de la polilla guatemalteca.
¿Sale más caro? Esta es la gran pregunta y la respuesta es… depende. Los productos básicos- garbanzos, judías blancas, lentejas,etc- de las marcas blancas de supermercados salen más baratos que si los compras a granel. En otros, como frutos secos, las diferencias no se notan. El ahorro es que te llevas lo que consumes. Existen algunas tiendas que están dando incluso un paso más y no solo venden alimentos sino que están apostando por la venta de detergente y productos de limpieza a granel. La revolución del granel no es una moda, sino una necesidad de un consumo más responsable y sostenible con el medio ambiente.