Ana Estévez fue una de las participantes en la campaña de defensa del pequeño comercio en varios concellos
Aunque está dispuesta a pelear hasta el final y a sumarse a cuantas campañas se realicen en favor de las tiendas tradicionales, Ana Estévez lanza, de entrada, un mensaje pesimista: «El pequeño comercio está abocado al cierre. Unos podrán aguantar más, pero las circunstancias actuales parecen avanzar por ese camino, lamentablemente».
Ana Estévez regenta en Ribeira un establecimiento de prendas deportivas de primeras marcas fundado en 1978. Deportes Estévez tiene dos tiendas en el municipio, y sus 40 años de actividad lo convierten en uno de esos negocios de referencia, donde se equiparon de niños quienes hoy son padres. En sus estanterías están las últimas novedades en zapatillas, mochilas, camisetas y chándales, pero, además, ambos locales acaban de ser objeto de una renovación. «Con el propósito de darles un aire más moderno y urbano para atraer a la clientela», dice Estévez.
Por este motivo, valora positivamente la unidad del sector en campañas agresivas como la realizada la pasada semana y considera que es preciso realizar otras: «Cualquiera de estas iniciativas debe apoyarse». También ensalza el elevado nivel de adhesión conseguido: «Es posible que con acciones de este tipo la gente reflexione sobre lo que sucede».
En ese esfuerzo por captar clientes, Deportes Estévez procura ofrecer alicientes. Así, ha efectuado sorteos de estancias en un balneario, entradas para ver al Celta, móviles y un iPad. Además de obsequiar a los compradores, como mínimo, con media hora de estacionamiento gratuito en cualquiera de los dos párkings subterráneos de Ribeira. Asimismo, pertenece a la asociación de empresarios y participa en todas las campañas de dinamización que promueve.
Sin embargo, estos incentivos tienen escaso calado a la hora de levantar las ventas. Ella asegura que es preciso un cambio «para que se respeten las fechas de rebajas y no se implanten iniciativas foráneas». También recalca que «los consumidores se han acostumbrado a comprar en rebajas o a que ofrezcas descuentos de manera continuada». Explica que el pequeño comercio no puede afrontar eso: «Cada vez estamos más achuchados por los impuestos, y con pocas ayudas».