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Se buscan pescaderos titulados

Una FP y un curso de comercialización de productos de pesca y acuicultura cubrirán el vacío formativo que el sector lleva tiempo denunciando

«Tenemos dificultades para encontrar personal que atienda nuestras pescaderías». Quien reclama trabajadores especializados es la cadena de distribución alimentaria Gadisa. Porque sí, faltan pescaderos adaptados al siglo XXI. Sin despreciar al autodidacta de toda la vida, «el mercado exige cada vez más», advierte la ferrolana María Luisa Álvarez, directora general de Fedepesca, la Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados. «Los pescaderos en activo saben conservar y tratar la mercancía como nadie y son excelentes comunicadores en el trato con el cliente pero hay patas que cojean, por ejemplo lo que tiene que ver con la digitalización del puesto de venta, cuestiones fiscales, emprendimiento o sostenibilidad». Carencias que se han ido supliendo «con actualización por cuenta de los propios pescaderos», dice Álvarez, o porque las propias empresas privadas han cubierto ese vacío, «con cursos dirigidos al personal que se va a incorporar a nuestras pescaderías y mejorando las capacidades profesionales de los que ya trabajan en la sección», apuntan desde Gadisa.

Temario del siglo XXI

Actualmente, la cualificación profesional de pescadero está incluida en la familia de las industrias alimentarias, pero no en la actividad comercial. Un vacío de formación reglada que tiene las horas contadas. Está previsto que dentro de dos años vea la luz la primera promoción con un título de FP de grado medio, el de Técnico en Comercio de Alimentación (2.000 horas de formación, de las cuales 360 serán de carácter práctico). Además, la Secretaría General de Pesca, Fedepesca y la UNED acaban de presentar el primer curso de Comercialización de Productos de la Pesca y Acuicultura: 400 horas de formación tras la que se obtendrá un diploma de experto profesional del sector. «La hostelería tiene escuelas públicas desde hace 50 años. Fontaneros, electricistas… todos tenían un sitio en el que formarse, pero aquí no había», asegura María Luisa Álvarez, directora adjunta del curso.

En el temario hay asignaturas relacionadas con la composición y el deterioro de los alimentos, la cadena de frío y el almacenamiento, el transporte, legislación en materia de seguridad alimentaria, asesoría culinaria para productos pesqueros, prácticas de higiene o trazabilidad y etiquetado. «También ofrecemos formación a personal que ya está trabajando, para que se ponga al día. El año pasado formamos a casi 500 personas en pescadería en verde, o sea, en el ámbito de la sostenibilidad: ahorro energético, economía circular…».

Gran demanda sin cubrir

A partir de ahí, también cambiará el método de selección de personal: «Ahora mismo lo que hacemos cuando necesitamos gente para pescadería -explican en Gadisa- es contar con trabajadores de nuestros puntos de venta que atienden otras secciones y, si no son suficientes, entonces seleccionamos a candidatos para que participen en un curso de formación ocupacional que les permita acceder al puesto. Lo hacemos en colaboración con administraciones e instituciones que promueven y facilitan la inserción laboral». ¿Qué ventajas puede suponer contar con un diploma o una FP en comercio de productos pesqueros? «Obviamente -explica Álvarez- las empresas valoran el saber hacer, los años de experiencia, pero ahora mismo hay una gran demanda que no se cubre, así que los que salgan ya preparados tendrán trabajo seguro». Desde Fedepesca admiten que «es un oficio exigente, con horario comercial, que incluye sábados, frío… pero también es precioso. Ayudas a las personas a alimentarse bien. No entiendo cómo hay tanta gente dispuesta a hacer horas tras la barra de un bar pero tan pocas para esto. Yo creo que es por desconocimiento y porque esta profesión carece del prestigio social que se merece. Hay que poner en valor al pescadero», se lamenta Álvarez.

Cifras del sector

El sector de la distribución alimentaria emplea a más de medio millón de personas en España. El 20 % se corresponde con productos pesqueros. Según Fedepesca, alrededor de 22.000 personas trabajan en el comercio minorista de pescado, y otras 45.000 en el mayorista.

«Lo primero que les enseño a los alumnos es a que conozcan las diferentes especies» 

L. V.Lleva veintitrés años detrás de un mostrador, aunque ser pescadera no fue algo vocacional -«ni se me había pasado por la cabeza»-. Seleccionaban personal para la sección del supermercado en el que trabajaba, se anotó, y la escogieron. Ahora Ana Lourido Barbazán es formadora interna en la cadena de distribución Gadisa: «Desde el principio me gustó y ya no me planteé cambiar de departamento». Descamar, eviscerar, filetear o cortar. Nada se le resiste a esta veterana enamorada de su oficio.

-¿Qué le parece que vaya a haber una FP de pescadero?

-No sé si me matricularía, la verdad. Yo creo que lo que requiere esta labor es mucha práctica. Y eso se adquiere en el día a día.

-Y usted, ¿cómo aprendió el oficio?

-Pues mirando cómo lo hacía un profesional con experiencia. Como todo el mundo. Poco a poco fui aprendiendo.

-Limpiar el pescado. Esa tarea que en casa a veces se antoja imposible… ¿Hay algún secreto?

-No es difícil si te gusta. Solo hay que ponerle interés. A mí no me cuesta limpiar ninguna especie. Además, como hay mucha variedad, estás cambiando continuamente de producto. Tenemos hasta cien especies de pescado diferentes. Obviamente algunos son más laboriosos que otros. Los pescados pequeños como el boquerón o la sardina son fáciles de limpiar, porque no hay que quitar las escamas. Solo hay que retirar las vísceras.

-El primer objetivo de los cursos de formación interna que imparto es que conozcan las diferentes especies. Después les enseño a trabajar con ellas, a prepararlas como pide el cliente. Como si fuese en tiempo real. Mi forma de enseñarles es totalmente práctica, como si estuviese atendiendo a los clientes en la pescadería del supermercado.

-¿Han ido cambiando con el tiempo las peticiones de los clientes?

-Sí que ha cambiado la atención al público, y las necesidades de los compradores. Damos el servicio de forma totalmente personalizada, según las preferencias y gustos del cliente. Es un contacto muy directo. Se establece un vínculo de confianza.

-¿Y lo más raro que le han pedido?

-Al principio me chocaba tener que quitarle la piel a una merluza, pero ahora el pescado se prepara mucho más que antes. Ya no me extraña nada.

Fuente: La Voz de Galicia

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