El comercio deja la Quinta Avenida
Grandes marcas del mundo de la moda abandonan las calles más céntricas de Nueva York ante la caída de ventas desatada por la irrupción imparable del fenómeno «online»
Una competencia imposible de batir por las tiendas físicas, que se desangran por los altos costes al mismo tiempo que tratan de competir online. Mientras la capitalización bursátil de Amazon roza el billón de dólares, la segunda por detrás de Microsoft, las acciones de Macy’s han bajado un 40 % en el último año, los títulos de Nordstrom se venden 20 dólares por debajo de una oferta de compra a 50 dólares que rechazó hace dos años y Saks estudia abandonar el parqué, después de que sus acciones cayeran casi un 50 % hasta junio. La última víctima ha sido Barneys. La cadena de grandes almacenes fundada en 1923 se prepara para una potencial declaración de bancarrota que podría llegar en las próximas semanas.
Calvin Klein anunció a principios de año el cierre de su flagship de Madison Avenue; en abril, la casa italiana Roberto Cavalli echó la persiana a todo su negocio en EE. UU.; también lo hizo Ralph Laurent con su establecimiento de la Quinta Avenida y pronto se marchará de allí Versace, cuyo espacio en el número 647 está en alquiler. Las primeras víctimas de la irrupción de la venta online fueron los mall de los suburbios, tan característicos de la cultura estadounidense. Los emporios del retail como Macy’s y Sears cerraron el año pasado 11 y 116 tiendas cada uno.
Fuente: La Voz de Galicia