Opinión. José Luis Bonet. Presidente de la Cámara de Comercio de España.
Las pequeñas y medianas empresas deben entender que ser digitales no es una opción, sino una condición esencial para su supervivencia y que es urgente esta transformación
Los expertos aseguran que el mundo va a cambiar más en los próximos 20 años que en toda la historia de la humanidad. Una transformación vertiginosa protagonizada por las nuevas tecnologías.
La economía digital ha modificado ya la manera en que producimos, consumimos y nos comunicamos. Pero los cambios que ya hemos experimentado no son sino una ínfima parte de los que están por venir.
La hiperconectividad, el internet de las cosas, la robótica, la inteligencia artificial o la impresión 3D son algunas de las innovaciones tecnológicas que constituyen la punta de lanza de esta cuarta revolución industrial a la que, por primera vez, la economía española y, por ende, las empresas españolas, están a tiempo de sumarse.
Las nuevas tecnologías han brindado a los consumidores la potestad de decidir no solo qué quieren comprar, sino dónde, cómo y cuándo hacerlo. Y las empresas deben estar preparadas para atender esa demanda.
Las grandes compañías españolas son ya parte activa de este proceso de digitalización que, en muchos casos, lideran a nivel internacional.
Pero la clave está en implicar también a las pymes que suponen más del 99% de nuestro tejido productivo. Las pequeñas y medianas empresas deben entender que la digitalización no es una opción sino una condición esencial para asegurar su supervivencia.
Por esa razón, la Cámara de Comercio de España ha puesto en marcha la Estrategia España Empresa Digital -impulsada desde su Comisión de Digitalización- cuyo objetivo es concienciar y ayudar a las pymes en su proceso de transformación tecnológica. El cliente exige una relación clara, veloz, ubicua, eficaz, personalizada, consistente, transparente, segura y recíproca, donde se sienta escuchado y comprendido. Una pyme digitalizada puede adaptarse a este nuevo cliente haciendo uso de la tecnología. Por tanto, la digitalización es una oportunidad para reforzar y reorientar los modelos de gestión y de generación de valor para ganar la atención, la confianza y crear una vinculación con el nuevo consumidor digital.
Pero, ¿cuál es el punto de partida de las pymes españolas? El Observatorio de Competitividad Empresarial de la Cámara de España revela que los niveles de equipamiento y conectividad de las empresas españolas son altos. Sin embargo, cuando se abordan aspectos más complejos como la utilización de aplicaciones de gestión o software de desarrollo empresarial, los niveles son notablemente menores. A pesar de ello, una mayoría de pymes no cree necesario dedicar recursos adicionales a este fin.
Nos enfrentamos, pues, a un contexto donde las empresas saben que necesitan ser digitales pero no tienen un sentimiento de urgencia. Según el mencionado Observatorio, más de la mitad de las empresas entrevistadas no tenía previsto invertir en tecnologías de la información este ejercicio.
La tendencia de las pymes es considerar la digitalización más como un medio para recortar costes y ser más eficientes, que como una ventaja para adaptarse a las demandas del nuevo cliente y aumentar las ventas y la base de usuarios.
El déficit en sensibilización sobre la urgencia y las oportunidades digitales, formación en TIC y cultura digital, acompañamiento en la transformación digital y disponibilidad de financiación lastran las posibilidades de estas empresas de menor tamaño para emprender el cambio digital.
Es por ello que la sensibilización centra una parte importante de las medidas que se incluyen en la Estrategia puesta en marcha por la Cámara de España. Es necesario ayudar a las pymes a entender los beneficios del cambio y los riesgos de no adaptarse hasta conseguir que la digitalización figure de manera espontánea entre sus preocupaciones.
Además, identificamos propuestas que denominamos de construcción en materia digital, con actuaciones en el ámbito de la formación, la transferencia tecnológica y la reducción de barreras financieras.
Un último grupo de iniciativas se agrupan bajo el paraguas de la aceleración, dirigidas a reducir las barreras administrativas y regulatorias e impulsar la cooperación.
En total, proponemos 50 medidas de impulso a la economía digital, que puede asimismo ser la solución para alguno de los males endémicos de la economía española, como la alta tasa de paro, la limitada dimensión media de las empresas o la baja productividad.
Esta es una tarea en la que deben trabajar juntos los poderes públicos y el sector privado. Y las Cámaras de Comercio, con la Cámara de Comercio de España al frente, somos las instituciones idóneas para llevarla a cabo porque en nuestro ADN está la cooperación público-privada.
Ayudar a la transformación digital de las pymes a través de la estrategia España Empresa Digital es uno de los proyectos más ambiciosos de la Cámara de España, que quiere convertirse en un agente fundamental de innovación y modernización del tejido productivo como lo ha sido, y seguirá siéndolo, de la internacionalización.
Fuente: diariosur.es