• Un Bilka en la segunda mayor ciudad es el único hipermercado del país

  • Las restricciones provocan que los precios sean más altos, según Economía

  • La Ley de Planificación dota del control a los municipios sobre su desarrollo

En Dinamarca, undécimo país en PIB per capita y con uno de los salarios medios más altos del mundo, no existen los hipermercados que triunfan en el resto de países europeos. Esta es la historia del ‘cerrojazo’ danés a las grandes superficies para salvaguardar el control municipal del desarrollo urbano y un modelo de vida basado en la proximidad.

Desde hace menos de una década, Dinamarca se ha convertido en el país europeo en el que todos se quieren mirar. En España, partidos, gobiernos y ciudadanos parecen haber descubierto, gracias a la globalización, las bondades del pequeño y discreto vecino escandinavo, un territorio caracterizado por la riqueza, la calidad de vida, la protección del medio ambiente y el pragmatismo político. Incluso los bares y cafeterías buscan desesperadamente el toque danés –hygge, con sus interiorismos luminosos en madera clara, lámparas PH (sí, la lámpara de lamas blancas que popularizó Ikea fue diseñada por el danés Poul Henningsen en 1924), mantas en el respaldo de las sillas y grandes tazas en loza de colores.

Con sus 298.000 millones de euros de PIB, una riqueza per capita de 51.500 euros y un salario medio que se sitúa entre los más altos del mundo -56.559 euros anuales-, no es difícil entender los motivos de tanta admiración. Y sin embargo, nos costaría creer que, pese a estar entre las naciones más desarrolladas y con mayor calidad de vida del mundo (Índice de Desarrollo Humano de la ONU), Dinamarca carece de hipermercados en su tejido empresarial.

En este país escandinavo se registra una ratio mayor de tiendas de comestibles por ciudadano que en las naciones colindantes. Eso sí, se trata de establecimientos más pequeños ubicados dentro de los municipios, que ofrecen a los consumidores la proximidad física como valor fundamental. En Dinamarca, los ciudadanos suelen ir a hacer la compra con mayor frecuencia, y el 90% de los mismos vive a menos de 2 kilómetros del supermercado más cercano.

Si el concepto de hipermercado engloba un espacio de venta que ocupa entre 10.000 y 45.000 metros cuadrados de superficie, en la nación escandinava sólo existe un local de estas características. Un Bilka situado en el distrito de Tilst, a 10 km de Aarhus -segunda mayor ciudad danesa-, emerge como rara avis en el mapa comercial del país.

La ley del ‘cerrojazo’ a los hipermercados daneses

Cualquiera podría pensar que los daneses son alérgicos a las grandes superficies. Lejos de esta lectura, en Dinamarca no existen los hipermercados porque fueron proscritos por la Ley de Planificación de 1996. Esta ley –Planloven– regula a nivel estatal, regional y municipal el uso del territorio físico para el crecimiento urbano, las infraestructuras, el desarrollo económico en el sector agrícola y en el comercio o la protección del medio ambiente, entre otras cosas. El texto legislativo fue aprobado en 1974, y sobre éste se han ido realizando modificaciones y añadidos a lo largo de los años.

El único hipermercado de Dinamarca que esquivó la ley, en Tilst (Aarhus). Imagen: Google Maps.

En 1996, después de que el famoso Bilka de Tilst fuese construido -y por tanto, se salvase de la ‘quema’-, el gobierno de los socialdemócratas apostó por echar el frenazo al boom de los supermercados en las afueras de las ciudades. Para evitar una dinámica de crecimiento de población y desplazamientos alrededor de colosos alejados de los centros urbanos y eliminar la creciente competitividad entre pequeñas y grandes superficies, la Ley de Planificación pasó a regular el tamaño de los supermercados, eliminando toda opción para el modelo de hipermercados que ha ido instalándose con éxito en el resto de países europeos. Así, el espacio de los súper no podía rebasar los 3.500 metros cuadrados, y las tiendas más pequeñas de venta especializada, los 1.000 metros cuadrados. Los poderes municipales y regionales celebraron la recuperación del control sobre el desarrollo de sus ciudades que les brindaba esta ley.

Estas restricciones provocan que los consumidores daneses paguen precios innecesariamente altos y obtengan una gama de productos más limitada

Un informe sobre la Ley de Planificación elaborado en 2015 por el Ministerio de Economía danés –‘Crecimiento y desarrollo en Dinamarca’-, entonces bajo el mandato del Partido Liberal, constató que «estas restricciones provocan que los consumidores daneses paguen precios innecesariamente altos y obtengan una gama de productos más limitada», en relación a los límites impuestos en las superficies comerciales. «Esto puede ser un obstáculo para la eficiencia de una tienda y su capacidad de competir con otros locales tanto en variedad como en precio», advertía el documento.

Lars Lokke Rasmussen, el entonces primer ministro, aprovechó para relajar las restricciones en 2017 y aumentar los límites de 3.500 a 5.000 metros cuadrados para los establecimientos más grandes y de 1.000 a 2.000 metros cuadrados para los locales de comestibles especializados. «Al aumentar estos límites, los consumidores aún pueden mantenerse a corta distancia del supermercado más cercano, dejando espacio para tiendas más productivas con precios más bajos y una mayor gama de comestibles», argumentó el Ministerio de Economía, subrayando que no tenía intención de «dar nuevas oportunidades al establecimiento de hipermercados».

Un análisis gubernamental concluyó que los precios bajarían al menos un 2,1% si fuesen eliminados por completo los límites sobre las superficies comerciales

Efectivamente, a pesar de la flexibilización acometida por el Gobierno, las nuevas medidas siguen muy lejos de abrirse al concepto de hipermercado al estilo de Carrefour o Tesco. Tampoco facilita el desarrollo de los supermercados daneses. El grupo Dansk Supermarked, propietario de algunas de las cadenas más populares del país, como Netto, Bilka o Føtex, se lamenta en un informe sobre estrategia de 2017 de la «extremadamente difícil expansión» de sus tiendas Bilka debido a las restricciones de la Ley de Planificación.

«Sin las restricciones de tamaño, existiría una gran probabilidad de que compañías internacionales como Tesco, Carrefour o Walmart estuvieran interesadas en acceder al mercado danés. Esto tendría como efecto un incremento de la competencia con bajadas de precios y una mayor oferta de productos ofrecidos a los daneses», defiende Mads Lundby Hansen, el economista jefe del think tank CEPOS. No es el único. Otro análisis gubernamental de impacto económico de estas medidas concluyó que los precios bajarían al menos un 2,1% si fuesen eliminados por completo los límites sobre las superficies comerciales y, por tanto, se abriera la puerta a los hipermercados.

El curioso problema de Dinamarca: entra demasiado dinero en su economía

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Sin embargo y con toda probabilidad, la vuelta al poder de los socialdemócratas en 2019, con la primera ministra Mette Frederiksen aupada por otros tres partidos de izquierda, no favorecerá un horizonte abierto a la liberalización. Los hipermercados en Dinamarca tendrán que seguir esperando.

Fuente: El Economista