La tendencia de comprar al peso se abre paso. Detrás están el respeto al medio ambiente y al bolsillo.
Tiendas para comprar garbanzos al peso siempre las hubo, no había más que pasarse por Casa Cuenca, que aún existe en la calle Marqués de Pontejos, o la tienda de Empera, en la esquina de Rey Abdullah. Pero ahora volver a lo de antes mola y, lo más importante, es la tendencia más respetuosa con el medio ambiente. Porque esta revolución grano a grano va más allá de las alubias: detergente, pasta, vinagre o papel higiénico. Todo a granel para plantar cara a dos enemigos comunes: el plástico y el derroche.
Lara Prendes define Despensa 77 como un minimarket de residuo cero en Galicia. Aquí se revive la forma de comprar de nuestros tatarabuelos: ella vende más de 250 productos a granel, desde alimentos no perecederos eco a otros de higiene para el hogar. Por ejemplo, uno puede llevarse al peso desde papel higiénico a vinagre ecológico. «Fuck fashion, we want food» es el lema con el que abrió este local del número 40 de la calle de la Torre. Antes de pasarse a los graneles, Lara se dedicaba al diseño de moda. Un día decidió seguir su corazón y apostar por la filosofía de vida: una en la que no tenía cabida el plástico. Su pequeña gran revolución llega a Instagram, donde anima a pasarse a la compra de toda la vida con consejos, recetas y productos nuevos. Sus mesas healthy con productos al peso son la debilidad de los adictos a lo bonito, pero sobre todo saludable y ecosostenible.
La revolución de los graneles llegó a Os Mallos en julio. Detrás de este proyecto de venta de productos de limpieza a granel está Daniel Rocha. Este ourensano, que estudió filología hispánica, vivió en Madrid hasta febrero. «Decidimos vir para A Coruña, de onde é a miña moza, cando nos enteramos de que íamos ser país», cuenta Daniel. Antes de pasarse a los graneles, trabajó en prensa y en aviación. Eso le llevó a viajar por Arabia Saudí, Indonesia o Francia. «En Asia é unha barbaridade o tema do plástico», exclama. «Quería facer algo diferente e que merecese a pena. E demostrar que os productos ecosostibles non son máis caros», cuenta. En sus cuatro meses en el número 45 de la avenida de Os Mallos consiguió crear una «militancia»: clientes fieles que se pasaron a los líquidos a granel y a sus productos de limpieza e higiene biodegradables.
Edgar Puñal es capaz de distinguir las 500 referencias que tienen en esta tienda al peso del número 86 de la calle San Andrés. O Recuncho do Granel es una de las veteranas: en febrero cumplirá cinco años. Aquí se puede comprar como se hacía antiguamente harinas, legumbres, arroces, pastas, semillas, frutos secos, frutas deshidratadas, infusiones, café o especias. De esta última familia tienen 76 tipos diferentes. «La variedad masala o el humo en polvo para hacer ahumados son algunas de las más curiosas», explica Edgar, el encargado de este espacio. «Cada vez hay más gente que viene con su propia bolsa y hasta con su propio bote y lleva solo lo que necesita para ese día o para la semana o para lo que sea. Es lo bueno del granel, no necesitas llevarte dos kilos de garbanzos, solo la cantidad que vayas a usar», destaca Edgar Puñal.
Fuente: La Voz de Galicia