Salir de casa con unas gafas de realidad aumentada que permitan interactuar con el entorno es una fantasía de la ciencia ficción que cada vez puede estar más cerca, como se ha demostrado este lunes en el Passeig de Gracia en la presentación de «5G Interactive City», una prueba piloto de turismo inmersivo.
Descubrir el interior de monumentos, ver los catálogos de tiendas o reservar unas noches de hotel con tan solo girar la vista hacia una u otra dirección son algunas de las posibilidades de esta prueba piloto, impulsada por la alianza 5G Barcelona junto con el Grupo Mediapro y Orange, en el marco de la celebración de la Smart City Expo World Congress.
Según Martín, el avance de la tecnología 5G junto con la mejora y aparición de nuevos dispositivos móviles puede dibujar un futuro, que ha situado hacia 2025, donde los transeúntes dejen de reverenciarse hacia sus teléfonos móviles y recuperen la posición erguida y su mirada al frente mediante gafas de realidad virtual u otras tecnologías ponibles que ofrezcan la misma información que los teléfonos inteligentes a la vez que liberan las manos.
Gracias al piloto una decena de periodistas han podido probar esta tarde como podría ser pasear por Barcelona en un futuro no muy lejano, comprar entradas para la Pedrera con tan solo echar un ojo a su fachada, renovar el armario girando la vista al aparador de cualquier tienda o conocer la historia del Gremio de Hoteles de Barcelona mirando su sede.
Entre los afortunados, Teresa Vives, una estudiante universitaria que caminaba por el Passeig de Gracia, se ha sorprendido de las posibilidades de las gafas al probarlas y ha señalado: «puedes hacer un montón de cosas sin tenerte que mover del sitio, te explica cosas del lugar y lo que puedes hacer. Me ha parecido muy chulo y muy útil».
Por otra parte, Orange ha desplegado la red 5G a lo largo del paseo para hacer posible la prueba que, según su directora territorial de Relaciones Institucionales, Montse Cereza, «demuestra que la red 5G cambiará nuestra forma de relacionarnos con el mundo»
Fuente: La Vanguardia