La facturación cae un 30% y el sector advierte de que la mitad de las tiendas podrían cerrar antes que termine el año.
Zamácola explica que la apertura fue muy escalonada y que aún hoy el 15% de estos comercios no han abierto. En su opinión, las medidas «alarmistas» no ayudan a darle la confianza al consumidor para que vaya de tiendas: «El cliente aún no se ha habituado, los espacios cerrados con mascarilla generan mucho agobio y además hemos perdido las ventas generadas por los turistas». Así, reconocen que en junio las ventas cayeron un 26% respecto al año pasado, lo que supone un acumulado desde enero de un -35%.
Respecto a las rebajas, el presidente de Acotex señala que el «efecto llamada» que existía antes de 2012 ahora ha desaparecido porque la liberalización permite que cada establecimiento decida su periodo de promociones y algunos comercios decidieron abrir sus puertas tras el confinamiento con «descuentos agresivos» para deshacerse del ‘stock’.
Para la segunda mitad del año, las perspectivas no son buenas. Zamácola reconoce que hay «mucha preocupación» porque todo dependerá del consumo de los hogares, lo que a su vez está condicionado a la evolución de la pandemia y a nuevos confinamientos. «Las previsiones macroeconómicas de la economía española son preocupantes y las noticias sobre la evolución del virus tampoco son positivas, por lo que las perspectivas son malas», asegura.
Ante este escenario, muchos empresarios no tendrán más remedio que cerrar sus negocios. Según cálculos de la CEC, el 20% de los comercios situados a pie de calle cerrarán sus puertas de aquí a diciembre, un porcentaje que asciende hasta el 50% en el caso de los pequeños negocios ubicados dentro de centros comerciales.
Más allá del vestido y el calzado, el consumo general continúa su recuperación. Según un análisis de BBVA Research, el gabinete de estudios de la entidad, en la última semana de junio todas las provincias recuperaron el nivel precovid de gasto semanal realizado con tarjeta. Eso sí, a pesar de este dinamismo, entre abril y junio la caída del gasto con tarjeta cayó un 18% respecto al primer trimestre del año. Y aunque el consumo con tarjetas extranjeras mejoró, todavía se resiente un -73% respecto al segundo trimestre del año pasado.
Lo que más creció fue la compra de alimentación, que en la última semana de junio aumentó un 43%, seguida de otros sectores como equipamiento del hogar y la salud, con subidas del 23% y 13%, respectivamente. Pero el descenso del gasto con tarjeta en el segundo trimestre se explica en parte por la reducción de las compras de viajes (-93%), alojamiento (-87%) y ocio (-75%).
Y es que el perfil del consumidor español ha cambiado. Según un reciente informe publicado por KPMG, tras la pandemia el cliente se ha vuelto más preocupado, digital, selectivo y concienciado. Tres de cada cinco encuestados asegura que su economía doméstica ha empeorado durante la crisis y la mitad califica su situación financiera de «sensible» o «preocupante». Por tanto, la relación calidad-precio es el principal factor de compra para el 70% de los españoles, seguido de la seguridad (47%).
Los datos del informe ‘Consumidores y nueva realidad’ desvela que el 42% de los clientes se ha vuelto más selectivo a la hora de adquirir nuevos productos o servicios y el 25% confiesa que ha dejado de comprar productos de lujo o no esenciales.
Pocas ventas en los bares
Y a nivel de consumo en bares y restaurantes, las terrazas llenas disimulan una realidad grave para los hosteleros: en julio la caída global de su actividad es del 30%. Hay que tener en cuenta que el 20% de los locales sigue cerrados y las compras a distribuidores y sus ventas han sido un 10% menores que las del año pasado en la primera semana de este mes, según datos de la Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración (Fedishoreca).
La actividad del sector en las zonas más dependientes del turismo extranjero (Canarias, Baleares o la Costa del Sol) se sitúa entre un 60% y un 70% por debajo del año pasado. José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, reconoce a este periódico que el consumo «está desplomado».
Fuente: Heraldo