El cierre en sábados y a diario para tiendas de más de 400 metros deja en mínimos la actividad del Portal de l’Àngel
Barna Centre alerta del riesgo de aperturas oportunistas y la pérdida del comercio autóctono
Portaferrissa ha vivido una treintena de cierres en un año, aunque ha logrado relevos en más de la mitad de casos
Si un motor mantenía viva la menguada actividad comercial en el barrio Gòtic desde la pandemia era el Portal de l’Àngel. La gran calle de las multinacionales, con sus alquileres de infarto, seguía siendo un polo de atracción local pese a la desertización de muchas de sus calles secundarias anexas a causa de la paralización del turismo. Pero las últimas restricciones al comercio que impiden la apertura de establecimientos de más de 400 metros cuadrados y el cierre de todo comercio no esencial los fines de semana ha castigado como nunca al epicentro comercial de la ciudad. Sin la excusa de tiendas ni bares o restaurantes, el eje de Barna Centre exhibe una parálisis inaudita y lleva a la asociación de comerciantes a exigir al ayuntamiento ayuda urgente para la reanimación.
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