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El mueble vive los ‘felices años veinte’ gracias al teletrabajo

Los fabricantes mantienen su negocio de 5.400 millones gracias al tirón del gasto para el hogar

El sector del mueble ha visto cómo la demanda de algunos de sus productos se ha disparado desde que la irrupción del coronavirus volteó por completa la vida diaria de los españoles. Cadenas de distribución como Ikea llegaron a cuadriplicar las ventas online de productos para poder tener un espacio de trabajo en casa durante las semanas siguientes al confinamiento. En el conjunto del año ese crecimiento ha sido del 25%, según apuntan desde el grupo sueco.

Las tiendas minoristas de muebles también han notado ese incremento de afluencia de compradores desde el final del confinamiento en su facturación. «Después de que las ventas llegaran a caer un 90%, muchos establecimientos han podido compensar sus ingresos de todo el año», según explica Gloria Vaquer, presidenta de Confecomerç, patronal valenciana de distribución. Así, más de la mitad de sus establecimiento asociados superaron o mantuvieron en un 2020 marcado por la pandemia las ventas del año anterior. Unos datos en línea con los de las grandes firmas de distribución de bricolaje, que salvaron el año de la pandemia con una caída inferior al 1%, según Aecoc.

Antes de que el Covid modificase los hábitos de vida, los hogares españoles se gastaron 3.282 millones de euros en 2019, apenas un 0,7% más que el ejercicio anterior, según los datos del Observatorio Español del Mercado del Mueble del instituto tecnológico Aidimme.

Unas cifras que los fabricantes de muebles consideran que se han superado por el rebote experimentado tras el parón obligado. «En conjunto el volumen de negocio de los fabricantes será muy parecido al de 2019, porque aunque la demanda interna en algunos segmentos ha tenido alzas de hasta el 60%, la exportación se ha visto muy mermada», explica José Blasco, secretario general de la patronal española Federhábitat.

La industria

En España existen casi 7.000 empresas dedicadas a la producción de mueble y equipamiento del hogar con una producción valorada en 5.445 millones de euros, según los últimos datos anuales de la federación empresarial. De ese volumen, alrededor del 37% se destina a exportaciones, que en 2020 se han visto más penalizadas por las limitaciones impuestas en determinados países.

El repunte de la actividad que ha dado aire a la industria española del mueble, después de haber sido una de las más castigadas en la anterior crisis económica por su vinculación a la vivienda. «El sector es moderadamente optimista, porque el hogar se ha sacralizado y la gente está gastando más en él al pasar más tiempo», comenta Kiko Torrent, presidente de Fevama, la asociación de los fabricantes valenciana. «Hacía mucho tiempo que no se invertía tanto en hogar como ha ocurrido el año pasado, pero también es cierto que ha habido empresas que no han vuelto a la actividad», añade.

Y es que la evolución de la actividad ha sido muy distinta según el tipo de producto y los mercados de cada fabricante. Entre los sectores que han protagonizado mayores alzas se encuentran los fabricantes de colchones, que sufrieron una auténtica avalancha de pedidos tras el final del confinamiento.

El caso del mueble de oficina

Otro superventas gracias a la pandemia son las sillas y las mesas de trabajo, así como todo lo relacionado con el teletrabajo en el hogar. «En 2019 apenas un 8% de los ocupados en España trabajaba en el hogar y en unos meses pasamos a más del 30%, el salto es impresionante», explica Soledad Berbegal, consejera y directora de Reputación Corporativa de uno de los mayores fabricantes españoles de equipamiento de oficina, el grupo familiar Actiu.

Pese a ello y paradójicamente, el segmento de los fabricantes españoles de muebles de oficinas no ha sido uno de los mayores beneficiados por este tirón repentino, ya que concentra la mayoría de sus ventas en el mercado de empresas. Según los datos del Observatorio de Aidimme, precisamente las empresas de muebles de oficinas fueron las que sufrieron un mayor impacto negativo por la crisis del coronavirus. Así, sus ventas registraban una caída del 36,6% en el tercer trimestre del año, frente al descenso del conjunto del sector de apenas el 4,1%.

«Las operaciones de contratación de oficinas en mercados como Madrid han bajado más de un 40% y eso da una idea de hasta qué punto se han paralizado proyectos», apunta la directiva de Actiu. Para sacar partido a esta cambio tan vertiginoso, el fabricante de Castalla (Alicante) ha puesto en marcha un canal de venta directo online y ha lanzado una línea centrada en mesas, sillas y otros elementos de trabajo diseñados específicamente para el hogar.

Una tendencia bautizada como home office a la que también se han lanzado otras marcas españolas como Andreu World y Ofifran. «El año pasado adaptamos todas nuestra colecciones para que pudiesen tener una versión para el hogar», explica Juan Franco, director general de Ofifran. En su caso, la empresa se sigue dirigiendo al mercado de empresas, aunque ahora con la vista puesta en las corporaciones que han tenido que implantar el teletrabajo masivamente y que costean esos equipos a sus trabajadores.

La fiebre del teletrabajo supone un reto para un segmento que se ha especializado en equipar proyectos a medida con un enfoque que va más allá del precio. «Será difícil compensar este giro del mercado», apunta Vicente Sales Vivó, jefe de Análisis de Mercados y Estrategia de Aidimme, que apunta que «en home office hay competencia de la gran distribución y de la venta online. Son mercados muy distintos y los fabricantes estaban muy posicionados en contract».

Fuente: El Economista

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