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Valencia: Las ventas caen a la mitad en el pequeño comercio desde la clausura de los bares

Los empresarios afrontan la continuidad de las restricciones con pesimismo y críticas debido a la lentitud de la Administración

El pequeño comercio ha sufrido las mismas restricciones o más que otros sectores, aunque el cierre de la hostelería desde el pasado día 20 se ha notado y mucho en las tiendas de Valencia, sobre todo en las del centro. El adelanto de la bajada de persiana a las seis de la tarde y el cierre perimetral los fines de semana han formado la tormenta perfecta contra los ingresos de empresarios y autónomos.

Así las cosas, no extraña nada la estimación de la asociación de Comerciantes del Centro Histórico, que ayer señalaba desde esa fecha una reducción del 60% en la caja. La perspectiva de prolongar más allá del día 15 esta situación es terrible, aunque de momento está sirviendo para reducir los contagios.

Fuentes de la entidad señalaron que un 12% de los comercios se vieron obligados a bajar la persiana por las tardes cuando se produjo el cierre de la hostería a las 17 horas. «A este porcentaje se ha sumado otro 29% que lo ha hecho cuando se obligó a cerrar en su totalidad dado que el flujo de personas desaparece en ciertos ejes».

Ese el resultado de una encuesta realizada entre los asociados acerca del efecto de los decretos de la Generalitat en los negocios. «Todo esto ha conllevado a que un 30% de los negocios han tenido que reducir el personal y un 54% ha modificado su horario para abrir al mediodía y compensar la reducción de horario», añadieron.

Hasta el momento un 8,5% se plantea mantener la apertura al mediodía después de que acaben las restricciones, para reforzar de esta manera las ventas, pero un 29% considera que aún es pronto para poder valorar tal medida. «Un 30% de los comercios también han adelantado su horario de apertura» precisaron las mismas fuentes.

A juicio de la entidad, el pequeño comercio está demostrando «una enorme capacidad de reacción para que su surtido y su horario se adapte a las nuevas necesidades de los ciudadanos, lo que contrasta con la lentitud de la Administración para responder a las nuevas necesidades de las empresas para salvaguardar los empleos».

Desde la asociación indican que el binomio comercio-hostelería «dinamiza y da vida la ciudad, eso queda patente, y que el cordón umbilical que une al centro de la ciudad y el área metropolitana ha quedado cortado peligrando la supervivencia de Ciutat Vella, también».

El problema es que se carece de un plan estratégico para «afrontar esta delicada realidad plagada de incertidumbre. Asistimos a una Administración pública carente de sensibilidad ciega, sorda, y muda, que peca y mucho, de todo aquello que tanto criticó, y lo hace, en unos momentos de extrema gravedad, con una crisis sanitaria a la que no vemos fin y una económica de dimensiones desconocidas».

Por último comentaron que indigna la «pasividad de la Administración ante la dramática situación, su falta de sensibilidad para contrarrestar aquello que aportan nuestras pymes al dinamismo de la ciudad. Ni se compensa la luz que aportan los escaparates de nuestros comercios, ni la limpieza con la que contribuyen todos los días, ni el cuidado de los jardines, la ciudad esta triste. El retraso de las obras públicas en el centro de gran calado será otra estocada, a una ya muy maltrecha situación que padecemos».

Fuente: Las Provincias

AGECU - Asociación Española para la Gerencia de Centros Urbanos