Los pequeños establecimientos se quejan porque estos gastos son mayores que los originados para adecuarse a la pandemia
El uso de las tarjetas como medio de pago se ha extendido desde que empezó la pandemia en marzo de 2020. Al principio fue por evitar el contacto con los billetes y monedas por temor al contagio. Con el paso del tiempo, la comodidad de este sistema de pago está haciendo que crezca, pero aún es minoritario en las pequeñas compras. La Confederación Española de Comercio asegura que “todavía ocho de cada diez compras se siguen haciendo con efectivo”.
Nadie duda de que esta tendencia, impulsada por la banca, está en crecimiento. Pero tiene un coste para los comercios. La tasa media real aplicada en 2020 se ha situado en el 0,35% del importe pagado, según el Banco de España. Teniendo en cuenta que el volumen de ventas a través de tarjeta es 160.551 millones, los comercios han pagado 562 millones a las entidades financieras.
Leer noticia completa: El País