Las asociaciones de comerciantes coinciden en que el aumento de los contagios por Covid-19 puede repercutir de forma negativa en los negocios pamploneses. De hecho, auguran que influirá a la hora de que los clientes acudan a sus locales. También hay quienes, en este sentido, lamentan que el incremento de los positivos coincida en el tiempo con la campaña de las rebajas, en la que tenían puestas todas sus esperanzas. Sobre todo porque eran las primeras con un alto porcentaje de la población vacunada.
La mayoría de los comerciantes de Pamplona optaron por cerrar los días 6 y 7 de julio, como otros años, en honor al santo. Lo hicieron para mantener la tradición y ante la previsión de una escasa afluencia de público. Este año, como ya ocurrió en 2020, la suspensión de las fiestas ha llevado a muchos de ellos a decidir abrir a partir del día 8, puesto que se espera que la actividad en la capital navarra continúe con un ritmo de normalidad muy alejado del que se experimenta durante las fiestas. No obstante, las últimas noticias referentes a los nuevos brotes y al aumento de los contagios en la Comunidad foral han despertado las alarmas de los comerciantes, quienes temen que se traduzcan en un descenso de los clientes.
Las diferentes asociaciones de comerciantes coinciden en que la mayoría de los comercios ha optado este año por cerrar los días 6 y 7 de julio. Carlos Albillo, gerente de Asociación Casco Antiguo de Pamplona, sostiene que esta decisión ha venido motivada por la tradición: “Casi todos los pamplonicas, entre los que se incluyen nuestros comerciantes, han querido respetar esos días a pesar de la suspensión de los Sanfermines”. No obstante, María Jesús Alonso, gerente de Ensanche Área Comercial, aporta un matiz interesante. De haber abierto, muchos de los clientes no lo sabrían o tendrían dudas y acudirían otro día por si acaso. “No tiene sentido abrir si la gente no va a venir”, concreta.
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