Información. Con la campaña ‘Comercio Seguro’ la Policía Nacional alerta a los establecimientos sobre las prácticas de los estafadores, que en Navidad aumentan
Ojo avizor. Así deberían estar los comerciantes todo el año y especialmente en Navidad, cuando la atmósfera invita a entrar más que nunca en las tiendas y salir con algún regalo. El problema es cuando no se tiene dinero o cuando no se quiere gastar. Y hay especialistas en llevárselo sin pagar. Para evitar que se salgan con la suya, la Policía Nacional ha retomado en estas semanas previas a la llegada de Papá Noel y los Reyes Magos la campaña informativa ‘Comercio Seguro’. El agente Alberto Vior recorre estos días los distintos barrios ofreciendo algunos consejos y recordando los timos más habituales. Advierte que los amigos de lo ajeno van siempre por delante, por lo que no queda otra que extremar las precauciones.
La timadora que tuvo en jaque a la policía estos últimos años parece haber bajado la actividad, pero no es la única que puede provocar un desfalco a los confiados comerciantes. Los últimos engaños denunciados en la Comisaría son con pagos por Bizum. El falso comprador escribe en el campo ‘concepto’ de la aplicación el nombre del producto adquirido y el vendedor no se fija que en realidad no ha procesado la compra sino que tan solo ha emitido una solicitud. Sobre este engaño ha alertado incluso el Banco de España.
Pero no es el único detectado. Ya por el verano se detuvo a un individuo que recibía una llamada cuanto estaba en el interior de un establecimiento realizando una compra y ‘discutía’ con un supuesto jefe acerca del destino de varias televisiones de plasma que estaban en una nave como consecuencia del cierre de una empresa. El vendedor se acababa interesando por la conversación y compraba uno de esos excedentes que salían a precio de saldo, a noventa euros. «El típico timo de duros a cuatro pesetas», comenta Fernando Cadavieco, de la Joyería Fernando, en Versalles. «Sí, pero son muy, muy, muy convincentes», insiste Vior. «Esto pasó en verano y hubo algún comerciante que encargó hasta tres televisores», añade.
El tercero de los engaños tiene que ver con los extintores y dos supuestos trabajadores de la compañía. El primero entra por una supuesta revisión de seguridad y se los lleva. El segundo supuesto revisor entra a los pocos días, les dice que el anterior era un timador y, como en la tienda están sin extintor, se ofrece a dejar dos que lleva en la furgoneta provisionalmente, hasta que la compañía puede reponer el original. Pero se los cobra.
Y suma y sigue. «Van siempre por delante», insiste el agente de policía, que como le recalca a Montse Rozas, de la copistería-papelería CNNC, «al escucharlo así parece ridículo, pero créeme que picas».
Los consejos continúan: no guardar el billete en la caja hasta dar la vuelta porque te enseñan uno de 50 euros, te quedas con él en la retina y luego te pagan con uno de 20 y te exigen la vuelta del de 50. «Sí, yo tengo la costumbre de no guardar el dinero hasta dar el cambio porque soy muy despistada», confiesa Rozas.
Y luego está el robo fácil: llevarse la cartera o el teléfono móvil que se deja debajo del mostrador. «Ay, sí, a mí me robaron el móvil, pero fue en una décima de segundo. Ni le vi la cara. Lo dejé en el mostrador, fui hacia la parte de atrás de la tienda, entró y se lo llevó», confiesa Susi Oliva, de la tienda del mismo nombre.
La ruta de la Policía Nacional con el reparto de un folleto con consejos y las explicaciones directas del agente sobre lo que pueden encontrarse continúa y los consejos se repiten porque bien sabe Alberto Vior que nunca está de más incidir y grabar a fuego unas recomendaciones que se olvidan más veces de lo aconsejable.
Fuente: El Comercio