Poder satisfacer tus necesidades y disponer de los servicios esenciales sin necesidad de andar más de 15 minutos es el nuevo modelo urbanístico que postulan científicos como Carlos Moreno, una tendencia en el que expertos como Manuel Amat, creador del método Tiendología, ven el caldo de cultivo perfecto para los comercios de proximidad.
Carlos Moreno es un urbanista, profesor en La Sorbona y científico franco-colombiano conocido desarrollar el concepto de la ciudad de los 15 minutos o ciudad del cuarto de hora, teoría con la que asesora a la alcaldesa de París, Ana María Hidalgo.
La ciudad de los 15 minutos es una nueva corriente de ordenación urbana que plantea reorganizar los barrios de las grandes urbes de manera que sus habitantes no tengan que desplazarse más de 15 minutos andando o en bicicleta para adquirir los productos que necesitan a diario ni para percibir los servicios esenciales, como son los centros docentes o los sanitarios. Pero que tampoco deban hacerlo para satisfacer sus inquietudes culturales o de ocio. El resultado sería la distribución de las ciudades en una especie de pequeñas manzanas autosuficientes.
Se postula como una solución al cambio climático reduciendo al mínimo el uso del transporte público y privado, pero también como una alternativa a las ciudades actuales cambiando el paradigma a favor de hacerlas más habitables, calmadas, inclusivas, resilientes y equitativas.
La territorialidad feliz
Alcanzar esta “territorialidad feliz” en la ciudad de los 15 minutos va aparejada a otros tres conceptos acuñados también por Carlos Moreno: el crono-urbanismo (acabar la situación actual que nos obliga ir corriendo a todos los sitios ganando tiempo de calidad); la cronopatía (aprovechar mejor los espacios en lugar de asignarles un único uso como, por ejemplo, convertir un colegio público en centro cultural los fines de semana) y la topofilia (generar sentimiento de pertenencia o amor al lugar en el que vives y los espacios en los que te desenvuelves).
Aunque país es la ciudad que abandera en Europa esta transformación, ciudades como Barcelona o Valencia, en España, contemplan ya la puesta en marcha de proyectos similares.

La tiendología
Y si Carlos Moreno acuñó la expresión de la ciudad de los 15 minutos, Manuel Amat ha hecho lo propio con el término ‘tiendología’, de aquí que se presente como el primer tiendólogo del mundo aunque, dice, “ya me ha salido bastante competencia”. Él mismo reconoce que se trata de una marca personal para posicionarse como coach y asesor en el negocio del retail donde lleva trabajando más de 30 años además de haberse formado en comunicación y Programación Neurolinguística (PNL).
Gracias a su conocimiento es dichas áreas creó, hace 15 años, “La Tiendología”, una metodología de aprendizaje constante con la que ayuda a los profesionales del comercio de proximidad y a sus equipos de venta a obtener mejores resultados en sus aspiraciones personales y profesionales con el propósito de apoyar la economía local de las ciudades y, ligándolo ya a la ciudad de los 15 minutos, impulsar la sostenibilidad.
Entiende Amat, que vender tiene más de ciencia que de técnica comparándolo con “todo un océano de conocimiento en el que tienes que saber de ventas pero también de digitalización, de gestionar el tiempo, el dinero, el espacio así como el talento propio y el que contratas, pero sin dejarte la vida en ello. Ese es el mensaje que intenta transmitir en su libro titulado ‘Vender mejor sin vender tu vida’ en el que comparte su propia metodología y profundiza en aspectos del aprendizaje relacionados con el crecimiento personal y profesional del comerciante que les permitirá desarrollar y hacer crecer su negocio.
Los vientos de cola: cómo aprovecharlos
Uniendo los cambios en los hábitos de consumo a tendencias como la de la ciudad de los 15 minutos, observa Amat que se soplan“vientos de cola a favor de los negocios de proximidad”, siempre y cuando abandonen la actitud de “a ver como aguanto” y pasen a la acción adoptando nuevas estrategias. Estas son, en su opinión, algunas de las cosas que deberían hacer los negocios de proximidad para aprovechar esos vientos:
Mirar más allá de la puerta de tu negocio: Se trata de analizar el contexto al objeto de identificar resistencias, retos a afrontar y oportunidades de negocio.
¿Para qué quieres vender? Es la pregunta que debería formularse cualquier comerciante. Aunque la respuesta siempre deba ser la misma: “para mejorar la vida de las personas”, plantearse esta cuestión ayuda a definir la identidad de tu negocio y enfocar su desarrollo en base a ella.
Ofrece experiencias memorables únicas. Definir la identidad de tu negocio te va a ayudar también a crear experiencias distintas que los clientes no van a poder encontrar en otros establecimientos.
Sé consciente de la liga en la que juegas. Si tienes un pequeño comercio con 2 o 3 empleados no tiene sentido plantearse como competidor al supermercado de al lado. Si tu presupuesto es el de un equipo local, mejor no compararse con la Champions lo que no impide marcar las diferencias y beneficiarte de ello.
Sistematiza procesos. Si tu negocio cada vez vende más, pero luego resulta que no puedes ir al festival de tu hija en el colegio, algo va mal. A esto se refiere Amat con lo de Vender mejor sin vender tu vida, teniendo en cuenta que la única forma de competir que encuentran muchos comercios de proximidad es con unas jornadas laborales maratonianas. El objetivo en este punto debe ser ganar más trabajando menos para lo que recomienda sistematizar procesos sirviéndose del uso de nuevas tecnologías y herramientas digitales al alcance de todos.
Fuente: Emprendedores