Los comercios de moda menguaron en 264 y se perdieron casi 2.200 empleos | El sector afronta la digitalización, los cambios en el consumo y la concentración en las cadenas
Estar a pie de calle en las principales ciudades del mundo permitió a las grandes cadenas de moda de Galicia tener información privilegiada sobre la evolución de la crisis del COVID-19 cuando todavía parecía un problema de la otra esquina del mundo. Primero fue China, con los brotes descontrolados de Wuhan, la ciudad más poblada del centro del país. Antes de que la pandemia estallase en España, los responsables de Inditex, Bimba y Lola, Adolfo Domínguez y compañía se hicieron una idea meridianamente clara de lo que podía venir viendo lo sucedido en Italia, el primer territorio europeo donde saltaron todas las alarmas. El sector fue pionero en el teletrabajo para los departamentos sin atención al público y en tomar medidas de higiene. Días después, el 14 de marzo de 2020, la bajada de persianas en las tiendas y escaparates por la inmediata declaración del estado de emergencia se convirtió en una de las imágenes de esa histórica jornada en contraposición con las aglomeraciones y colas interminables de carritos de la compra cargados hasta arriba en los supermercados.
La alimentación fue de los pocos capítulos del presupuesto familiar que aumentó ese primer año de coronavirus, impulsado por el parón de la hostelería durante el periodo de confinamiento y las restricciones en las siguientes olas: 4.792 millones de euros en la comunidad, un 10,4% más que en 2019. Justo lo contrario a lo sucedido en la ropa. La partida dedicada a vestimenta lideró los recortes. Se desplomó el 33%, hasta los 861 millones de euros, con un desembolso medio de 321 euros. En 2021 mejoró la situación (406,4 euros por persona), pero claramente por debajo de los niveles prepandemia (alrededor de los 500). Fue la gota que colmó el vaso de muchos establecimientos de moda en Galicia.
Transformación del sector
“Algunos ni volvieron a abrir”, cuenta Alberto Rocha, secretario general de Cointega-Clúster Textil Moda de Galicia. Como en otros muchos, el estallido de la pandemia aceleró la transformación del sector de moda en Galicia. “Fenómenos que venían ya de antes –explica Rocha–, como la digitalización, los cambios de hábito en los consumidores y la concentración en las grandes cadenas”.El textil ve “muy poca” la partida que le destina el Perte de economía circular y defiende uno propio
Roi Rodríguez
El 20% de los negocios del comercio minorista de ropa echó el cierre en Galicia en todo este tiempo, según los datos de afiliaciones y empresas que acaba de actualizar la Seguridad Social. Había cerca de 1.500 empresas vinculadas a la actividad a finales de 2019 y en marzo del actual 2023 funcionaban 1.181. El número de trabajadores descendió en esa misma proporción. Se perdieron unos 2.200 puestos de trabajo “porque la expansión de las cadenas no es capaz de absorber tantos empleados”, apunta el secretario general de Cointega-Clúster Textil Moda de Galicia. El pequeño comercio de venta de calzado se redujo un 16% (65 menos) y su personal disminuyó un 14,8% (293 afiliados menos), hasta los 11.694.
Además de las formas de compra y la creciente tendencia a la sostenibilidad, en la moda se perciben cambios también en los emprendedores de los nuevos proyectos. Que los hay, según Alberto Rocha. “Detrás están personas que no proceden de las escuelas de diseño, como era habitual antes, sino profesionales de la tecnología, la banca o de consultoras”, detalla. Más que vocación, el objetivo es “mucho más pragmático”, a imagen y semejanza de las startups en las TIC. Construir un proyecto donde “el producto es el medio, no el fin, sin buscar tampoco el autoempleo” para venderlo con el tiempo.
La moda ejemplifica con sus particularidades propias la metamorfosis que, en general, vive todo el comercio minorista, azotado por los costes –después del alivio en la energía, el quebradero de cabeza viene de los alquileres– y la competencia feroz de grandes grupos. La sangría de cierres y plantilla es bastante común en el resto de actividades, como reflejan los datos de la Seguridad Social. En el caso de las jugueterías, quedan únicamente 57 empresas en comercio minorista tras una caída del 18,3% y del 26% en empleo en Galicia. Los pequeños negocios de fruta y verdura mermaron un 16,9%; un 11,8% los de carne; cerca del 10% los de pescado; y un 14% los de pan. Hay 176 talleres de coches menos que en 2019, donde está otra de las grandes cifras de pérdida de ocupados: 1.245 menos.
- 1.181 comercios de moda. El número de empresas registradas por la Seguridad Social en comercio minorista de ropa pasó de 1.445 en diciembre de 2019 a 1.181 en marzo de 2023.
- 11.694 personas empleadas. En los últimos dos años se perdieron en el sector cerca de 2.200 puestos de trabajo.
- 339 negocios de calzado. También sufren una reestructuración. Antes de la pandemia superaban las 400 firmas minoristas. En su caso, el personal se redujo un 14,8%, hasta los 1.980 empleados.
La climatología adelanta la campaña de verano y las ventas del sector rebotan un 5,4% en abril
El sector de la moda cerró el pasado año con un incremento acumulado de las ventas del 13,8%. En positivo otra vez, pero todavía lejos de los niveles prepandemia. La campaña de otoño/invierno fue “buena, en general”, según la Asociación Nacional de Moda Retail (Acotex), que también confiaba en aquel momento en un periodo de rebajas satisfactorio igualando o, incluso superando, los datos de facturación del ejercicio anterior.
“De cara a 2023 hay mucha incertidumbre de cómo van a evolucionar las ventas, seguimos con un IPC elevado, los costes de la energía siguen altos, finaliza la ayuda del gobierno en la gasolina, año electoral, etc., todos aspectos que generan incertidumbre y que unido a una menor renta disponible de los ciudadanos se prevé un año complejo”, apuntaba la organización antes del arranque del nuevo año.
¿Y cómo está siendo finalmente? El éxito de las rebajas se confirmó –la cifra de negocio creció casi un 10%– y siguen las alzas. En abril las ventas mejoraron un 5,4% “principalmente por la buena climatología, quizás demasiado buena, ya que se está adelantando la campaña de verano y vendiéndose menos ropa primaveral”, según Acotex. Mantiene el optimismo para los próximos meses, aunque recuerda que parte de la subida se debe al encarecimiento por los costes y no por el aumento de mercancía comercializada.
Fuente: Faro de Vigo