Los descuentos de la campaña de la Xunta y las primeras lluvias hicieron que el sábado se convirtiese en una jornada de revolución en las tiendas de Pontevedra
Que haya clientes esperando a que se levante la persiana de una tienda, desde luego, no parece un mal síntoma. Este sábado se daba esa circunstancia en una pequeña joyería de la plaza de Méndez Núñez de Pontevedra, donde su responsable se apuraba a subir el toldo y enseñar el género a quienes aguardaban en la a puerta. No era una anécdota. Porque la realidad es que ayer el frenesí comercial era importante y generalizado en Pontevedra. A media mañana había movimiento en casi todos los comercios mientras los turistas iban y venían a pie de calle. ¿Se está vendiendo bien pese a que el calor que está haciendo confronta totalmente con los abrigos y botas de pelo que se ven en los escaparates? La respuesta es sí, al menos en los establecimientos consultados. Pero, ojo. Los comerciantes están contentos en buena parte porque esta semana, con la implantación del Bono Comercio de la Xunta —que permite obtener hasta 30 euros de descuento—, la clientela ha reaccionado positivamente. La duda es si esa tendencia se mantendrá después o no.

Jorge y Begoña, de Calzados Chiqui, en la calle Michelena. Ramón Leiro
Jorge y Begoña, de Chiqui: «El bono es una maravilla, la gente lo aprovecha muchísimo». A media mañana del sábado, en la tienda de calzado infantil Chiqui, en Michelena, el trajín era importante. Sus responsables, Jorge Veiga y Begoña Fernández, señalaban: «Ha coincidido todo fenomenal. Se estaba vendiendo bien sobre todo por la campaña del inicio del colegio, vino la lluvia y animó un poco y sobre todo lo que marca la diferencia es lo del bono comercio, que la gente lo aprovecha muchísimo», indican. Añaden que «es una pasada lo que se está vendiendo» e insisten en que este tipo de incentivos «hacen que la gente vuelva a las tiendas locales y no se refugie solo en Internet o las cadenas». Desde Chiqui también indican que, con la meteorología tan revuelta, hay que darle el finiquito al viejo concepto de las temporadas y saber que «se va a ir vendiendo un poco de todo».

Carlota Magariños, de Ricar Moda, un establecimiento que lleva décadas funcionando. Ramón Leiro
Carlota, de Ricar Moda: «El único pero del bono es que mucha gente no sabe de su existencia». Ricar Moda es uno de esos establecimientos clásicos en Pontevedra. Abierto desde 1957, va por la tercera generación de comerciantes. Ahora está al frente Carlota Magariños, que indica que la meteorología no está de su lado para vender abrigos o jerséis de invierno, y que lo que más está saliendo con las camisas y los pantalones. ¿Les ha ayudado el Bono Comercio de la Xunta? «Un poco sí, pero es que mucha gente no lo conoce. Gran parte de nuestro publico es mayor y entonces les tenemos que explicar cómo descargarlo. Para esa parte de la clientela no es una medida muy efectiva», indica.

Marly, de Nahuatl store, ubicada en la calle San Román. Ramón Leiro
Marly, de Nahuatl store: «La gente viene a por cosas que tenía fichadas». Marly Carballal regenta una tienda de ropa y complementos de mujer en la calle San Román. Su establecimiento volverá a hacerse archiconocido en unos días, cuando ponga de nuevo un altar de muertos siguiendo la tradición mexicana. De momento, Marly plancha ropa porque le sigue llegando mercancía de la temporada de invierno. ¿Está contenta? «El tiempo no ayuda, hace mucho calor como para pensar en prendas de invierno, pero con el tema del bono comercio la gente sí viene. Como ya se había anunciado, mucha gente tenía cosas fichadas y viene a por ellas», dice.
Mar gondar, de Liberatta: «Se está vendiendo lo de verano y los jerséis de lana… se vende de todo». En Liberatta, una tienda textil ubicada en La Oliva, responden con un «muy bien» cuando se les pregunta cómo va la campaña. Indican que con el bono se animaron todavía más las ventas, pero que antes de comenzar la campaña de la Xunta ya tiraba bien. Y que, pese al calor, se venden bien las prendas más invernales: «Compran mucho las estudiantes que se van fuera, por ejemplo, y se llevan ya todo lo de invierno. Y también compran muchas otras clientas que temen que luego no encuentren las prendas que quieren».

Jéssica Lidarraga, de Salitre, que abrió hace dos meses junto a la Peregrina. Ramón Leiro
Jéssica, de salitre: «A nosotros nos dan la vida los turistas». Jéssica Lidarraga atiende en Salitre, una tienda de bisutería que abrió a principios de agosto frente a la Peregrina (donde estaba Calzedonia). Señala que hicieron varias ventas con el Bono Comercio de la Xunta, pero que en su caso lo que ayuda son las excursiones y turistas que estos días pueblan al por mayor Pontevedra: «Vendemos a gente de aquí pero mucho también a los de fuera», señala.
Fuente: La Voz de Galicia